2 sept 2011

El día en que el vómito se apoderó del mundo



Entre toda la caterva de desubicaciones que oí y leí sobre el caso de la piba Candela Rodríguez, ésta es, sin lugar a dudas, una de las más interesantes de todas:


Al tropel de papanatas que votaron por el kirchnerismo creyendo que la “inseguridad es una sensación” (o que la verdadera inflación es la del INDEC), les cabe cierta responsabilidad cívica o moral por el crimen de Candela. No puntualmente por el episodio desdichado de la niña, sino porque este gran mazacote de votantes convalidó el modo de vida que hoy existe en la Argentina (donde la inseguridad e impunidad priman) y virtualmente la mitad de los votantes prorrogó por el mandato de la ominosa recua de irresponsables que detentan el poder del Estado, por cuatro años más.
Si mañana hay un rebrote inflacionario (más grande aun del que ya existe): ¿acaso no le cabe alguna culpa a la muchedumbre sufraguista que con su voto aplaudió la guitarra de Boudou pero no le condenó al risueño Ministro el vergonzoso hecho de que la Argentina sea hoy junto a Venezuela el país de la inflación más alta del mundo?.
¿Tendrá de cara a octubre el votante oficialista vocación de reincidente o algo de capacidad reflexiva le queda como para modificar el destino de su sufragio?.
En efecto, muchos de los convalidadores del régimen tienen la chance de revisar su decisión el mes que viene y dos son las opciones posibles:
O estos rectifican su voto, o vuelven a matar a Candela.

El autor de esta nota, un tal Nicolás Márquez, me resulta en estos momentos un personaje más que entrañable. Vendría a ser la personificación del medio pelo argentino. Bueno, medio pelo en sentido cariñoso; si me leyera se enojaría.
Todavía no tuve tiempo de escribir una reflexión como la gente acerca del homicidio de la piba (en alguna medida, quiero reflexionar con el fierro un poco menos caliente). Lo único que quiero decir y adelantar así un poco mi próximo post sobre este tema es que me enferma casi mortalmente la gente como este caballero, que pretende utilizar una muerte como vector del veneno que tienen encima. Es maravilloso que la nota se resuma en tan pocas palabras sobre la piba y tantas de odio y resentimiento hacia el gobierno. Y es así como el rostro de la muchacha se pierde lentamente como las proclamas de Animal Farm

Agradezco al blog El Aguante Populista por difundir esta maravillosa pieza de literatura. Nunca me voy a cansar de recomendarlo.

No hay comentarios: