14 nov 2011

Respuesta del autor de este blog a la carta agraviante de Bertha Pappenheim, militante de la Grigori Zinoviev


Estimada Bertha Pappenheim:


No he tenido tiempo de responder su carta por una serie de contingencias espacio-temporales que me han impedido mi libre albedrío y el cometido que estaba dispuesto a afrontar cuando todo esto comenzó. A pesar de ello, no obvié que debía dar cuentas de mi valor publicándola en este blog, espacio personal donde desempeño mi exitosa carrera de escritor, y eso hice el día 19/10/2011. En dicha carta usted me acusaba –debo decirlo- falsamente de “cerdo machista” y demás agravios que considero que reproducirlos es redundar sobre banalidades (invito cordialmente, por otro lado, a cualquiera a que lea dicha carta cuyo enlace publiqué más arriba). Ahora bien, no sería propio de mí dejar pasar la oportunidad de dar mi versión de los hechos y eso haré a continuación no sólo porque con ello garantizaré la limpieza de mi nombre sino además porque éste es mi blog y escribo lo que se me da la gana.

7 nov 2011

Breve reflexión sobre la ESMA a un año de la muerte de Massera


En 1949,  apenas regresado a Alemania, Theodor Adorno afirmó que “Después de Auschwitz, escribir poesía es un acto de barbarie”. Los intentos de borrar Auschwitz de nuestra memoria a partir de películas de Disney y demás basura comercial, nuevas Torres de Babel en un paisaje posmoderno para hacer brillar quién sabe qué valor de la humanidad, no han hecho de sí más que frutos de liviandad, el reflejo de una vida aburguesada que esconde la cara, se tapa los ojos, frente a una catástrofe hiperbólica que nos muestra desnudos e indefensos ante nuestra propia naturaleza. Sí, después de Auschwitz escribir poesía es un acto de barbarie. Auschwitz es el pecado original de la humanidad. Reconocerlo es reconocernos a nosotros mismos, a nuestra crueldad sin imposiciones, a la aberración del otro tan típicamente ilustrada en extensas páginas de libros existencialistas. Auschwitz es la nota al pie que nos enseña los límites de la Ilustración. Por eso, más tarde en Dialéctica Negativa, nuestro autor, en compañía de su colega Horkheimer, afirmará que “después de Auschwitz, toda la cultura es basura”.
No es casual que Adorno, por todo lo anterior, quisiera cercenarnos el derecho a escribir poesía. La poesía es musicalidad, es ritmo, es belleza. Un intento de dar explicaciones livianamente, como un enorme eufemismo que diáfanamente entre sus versos esconde reposada una verdad horrenda, imposible de ser explicada; imposible, incluso, de poder ser dicha. ¿Es acaso el terror a la desnudez lo que nos impide plantear Auschwitz sin recurrir a la música? ¿Es posible que afrontemos en el silencio la terrible verdad, los lentes de las víctimas, olvidados en tierras estériles como testimonios de una masacre, y seamos conscientes que allí no hay poesía posible?