15 jul 2011

Globos


Los payasos bailan por las calles, avenidas y bulevares. Bailan con sus disfraces y rojas narices. El viento les roba las pelucas pero ello no importa. Bailan con los niños y los adultos ríen sin decoro. Ríen de los chistes y movimientos vistosos de los payasos al compás de la música cool. Nada más importa.
Los payasos entregan globos a los recién llegados. Los globos vienen en muchos colores y todos tienen una carita feliz dibujada con fibrón negro. Los globos flotan y los payasos los entregan con alegría, con el jolgorio de la mentira y la hipocresía de quienes se asumen intelectuales. Ellos son los occidentales, los cristianos, los cultos, la gente bien.
Los intelectuales festejan con los globos y bailan con buena onda porque los han invitado. Todos bailan con los payasos. Ríen. Joden como nunca lo han hecho. La noche es larga y se desdobla. Oscurece temprano. El Sol se oculta en un crepúsculo artificial entre los edificios. No hay luz natural en la ciudad.
Un mundo subterráneo se mueve por debajo de las avenidas. Por debajo de las líneas de transporte. Un mundo de napas, de infecciones, de enfermedades, de fiebre, de ratas de alcantarilla. Un Mundo de excremento y de hediondez. Un mundo sorprendentemente similar a aquel otro que en la superficie se disfraza entre los globos, los bailes, los payasos y los intelectuales. El marketing, lo cool, la gente bien. La orgía, una violenta orgía que termina en el derramamiento de la sangre de los presentes. La máxima expresión de aquel libertino y voluptuoso: el irracionalista de los globos que devora a los niños.



Y aquí estamos, sonriendo, bailando al compás de la música… y con buena onda. Estamos invitados.

1 comentario:

BIOPUSSY dijo...

"La noche es larga y se desdobla". Impecable...