Estimados camaradas:
Ante todo, quería declararme la persona más feliz sobre esta tierra. Sé que seré muy criticado por hacer pública esta declaración y las razones son muchas: por un lado, al darla a conocer queda implícito mi reconocimiento propio como individuo (sujeto político del sistema capitalista) y no como parte del colectivo de la clase obrera. Por otro, entiendo que no es correcto señalarlo debido a mi condición de proletario, en tanto tal, soy explotado por el sistema capitalista y por tanto no podría ser feliz nunca. Después de todo, ¿quién puede ser feliz en tanto que está oprimido? En un análisis más profundo, incluso, podríamos señalar que la felicidad es burguesa, puesto que sólo los burgueses hablan de felicidad y de cadenas de felicidad. Comprendo todo esto, pero quiero que sepan leer la metáfora implícita dentro de mi declaración. Yo sé muy bien que uno, en tanto parte del proletariado, es explotado y oprimido por la clase dominante y su superestructura, impidiendo la transformación o el cambio de modo producción a través de mecanismos de enajenación tales como la industria cultural; y que además un revolucionario no puede pretender ser feliz en tanto y en cuanto busca hacer la revolución. No vine a hablar de ética revolucionaria en estas breves líneas que me he dedicado a escribir, sólo quiero que sepan que mi egoísmo –sensación burguesa- no puede ser nunca jamás aceptado bajo ninguna circunstancia… salvo ésta: la Revolución está a la vuelta de la esquina. Lo presiento y lo asumo no sólo porque está científicamente comprobada la necesidad del comunismo, sino también porque las circunstancias materiales que posibilitan el cambio, la convulsión de las bases, se están dando para que ello ocurra en un futuro cercano.
La reciente victoria del burgués Mauricio Macri en las elecciones continuará con la aplicación más salvaje del capitalismo en Capital Federal. ¡Celebremos! Y es que mientras las luchas intestinas en el interior de la dirigencia política burguesa se desarrollan en una pantomima barata de democracia representativa (¡LA APOTEOSIS DE LA ENAJENACIÓN!) en el escenario de la lucha de clases y la dominación del capitalismo caníbal, comprendemos que la victoria del burgués Mauricio Macri por sobre el burgués Daniel Filmus, hombre de confianza del gobierno opresor, asesino, inequitativo, estabilizador, genocida, represor, bonapartista, clientelista, populista, conspirador, proscriptivo, perseguidor, manipulador, capitalista, pejotista, pejotero, burgués de Kristina Kírchner es un grito de triunfo para la clase obrera. Y es que mientras éste (Filmus) plantea un régimen de dádivas para conformar y adormecer al lumpen-proletariado porteño, marginado y subsumido en el hambre y el desamparo; aquél (Macri) no tiene tapujos en revelar el rostro siniestro y salvaje del capitalismo, el egoísmo empresario-burgués, la gran máquina explotadora, la hiena carroñera que es, en definitiva, el modo de producción capitalista. Las bases que sustentan a ambos candidatos son las mismas, puesto que ambos son burgueses, pero el carácter de uno difiere notablemente del otro.
Uno de ellos, Macri, nos asegurará desigualdad, iniquidad, el derramamiento de la sangre y el sudor proletario para hacer funcionar a la gran máquina del Capital.
El otro, Filmus, nos asegurará desigualdad, iniquidad, el derramamiento de la sangre y el sudor proletario para hacer funcionar a la gran máquina del Capital. Pero todo esto tras una máscara de humanidad y el desprendimiento, a regañadientes pero con singular astucia, de monedas (entiéndase la metáfora) para el lumpen-proletariado a cambio de su pasividad, su adormecimiento frente a las experiencias de explotación económica y opresión política, su plusvalía, su propia autenticidad, su identificación y reconocimiento dentro de un colectivo de hombres y mujeres dispuesto a alterar el normal desarrollo y la cotidianeidad del edificio cultural dispuesto y formado bajo los cimientos de la dominación económica burguesa a través de una revolución de las bases que convulsione y ROMPA (¡CON LOS MARTILLOS DE LOS OPRIMIDOS!) LAS BASES MISMAS DEL SISTEMA, su ánimo para la enfrentar la lucha de clases y su identidad política.
La elección de Macri es una elección por la Revolución. Así lo entendimos nosotros y todos los camaradas de afinidad política similar a la nuestra. Sin el apoyo de la izquierda revolucionaria, Macri jamás hubiera alcanzado semejante triunfo por sobre las otras fuerzas que no representan otra cosa que la misma fuerza pero con distintos apellidos. Su brillante elección es un triunfo obrero y aquí está el por qué: tenemos bien en claro que, una vez llegado a su segundo mandato consecutivo, continuará profundizando la violencia del capitalismo, lo cual generará mayores brechas entre ricos (burgueses) y pobres (proletariado y lumpen-proletariado), aumentando los resquemores y ánimos revolucionarios y esto, al corto plazo –según creemos-, provocará la instauración por las vías revolucionarias de una dictadura del proletariado, encabezada por una vanguardia intelectual-obrera. Luego, y siguiendo las premisas de la revolución permanente, aquélla se expandirá al resto de Argentina, luego por la región y, finalmente, por el mundo entero. Sabemos que las condiciones en el Viejo Mundo son óptimas (revoluciones en Medio Oriente, movimientos de Indignados en España, etc.). Sólo resta la chispa que haga estallar las revoluciones en el mundo. Desde la Grigori Zinóviev apoyamos la elección de Macri por sobre los otros cacicazgos burgueses porque entendemos que la continuación de su gestión al frente de la Capital será el disparador de una ola de revoluciones en el mundo entero. Es por eso que, como todos aquellos revolucionarios iluminados con la posibilidad latente de transformación, de la convulsión de las bases, hemos apoyado a Macri y lo volveremos a hacer el próximo 31 de julio cuando se lleve a cabo el ballotage. Como decía nuestro mentor, “Cuanto peor, mejor”; y si lo peor de lo peor es Macri, mejor será para el advenimiento de la Revolución. Así lo entendemos y por ello celebramos.
Atte.: Néstor Jorge Bronstein
Agrupación Grigori Zinóviev
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