24 sept 2011

Enfoque político (carta abierta de la Grigori Zinóviev)


Estimados camaradas:

Debo disculpar la demora de la emisión de esta nueva carta. Resulta que ha habido modificaciones al interior de la Grigori Zinoviev. Nuestro politburó consideró necesario que el camarada Néstor Jorge Bronstein debía dar un paso al costado y retirarse de manera inmediata y de forma imperativa de la agrupación. Pero me estoy adelantando un poco al relato; lo más coherente sería concederles a ustedes una detallada crónica de los eventos que realizaron las condiciones materiales que no sólo posibilitaron sino hicieron efectiva esta destitución del antiguo presidente; y eso haré a continuación:
Es bien sabido por ustedes, queridos camaradas, que desde la Grigori Zinoviev se apoyó la candidatura del camarada Jorge Altamira del Partido Obrero en compañía de su par y vicepresidente de fórmula Cristian Castillo del P.T.S. para las elecciones proscriptivas impulsadas por este modelo de país capitalista de democracia representativa y corte neoliberal-clientelista-bonapartista-plutócrata-gobernado-por-una-burguesía-populista-representada-en-la imagen-de-la-presidenta-Kristina con un objetivo claro –o al menos eso creíamos-. Considerábamos que la inevitable proscripción al F.I.T. evidenciaría las miles de contradicciones latentes en el sistema de democracia representativa que funciona en la Argentina desde 1853. Sin embargo, y permítaseme el desliz a la jerga cotidiana, nos salió el tiro por la culata.
A partir de la formidable elección realizada por el F.I.T., muchos camaradas llegamos a la conclusión de que habíamos apoyado no a un partido de vanguardia dispuesto a convulsionar las bases mismas del sistema al exponer las enormes contradicciones que se hallan en él como el frágil cemento que sostiene los cimientos del modelo, sino que no era otra cosa que un partido burgués de corte reformista dispuesto a continuar profundizando las desigualdades latentes y evidentes en la sociedad a la par de una mísera redistribución de la riqueza, mientras los poderes económicos que saquean las riquezas de nuestro suelo y hunden al proletariado en el hambre y apaciguan su naturaleza combativa de sujeto-revolucionario a través de mecanismos de enajenación que no son otros que los aparatos ideológicos del Estado y de los grupos económicos privados (todos parte de la burguesía y, por tanto, cómplices en la consecución de los intereses de clase que les competen). La única diferencia entre el F.I.T. y el resto de los partidos burgueses no es otra que la agresividad de su discurso, a las claras un discurso revolucionario. A quienes confiábamos la tarea de ser proscriptos por el gobierno burgués de los K, les desenmascaramos el rostro parco y maléfico del más atroz capitalismo: ése que se hace pasar por socialista-revolucionario. ¿Entonces –me pregunto en un tono retórico- es más revolucionario votarlo a Duhalde que a Altamira? ¡Absolutamente! El primero profundizará las contradicciones del capitalismo a través de la liberación de la siniestra mano invisible y la represión de las insurgencias populares encabezadas por líderes revolucionarios hasta llegar al derramamiento de sangre y, con ello, a las condiciones materiales por parte del proletariado –estimulado por el odio a la burguesía y las ansias de cambio social- a llevar adelante la Revolución con mayúscula. Ya casi vivimos una situación similar en 2002 y esperamos el regreso inmediato a esas condiciones materiales. El segundo, si bien dice ser representante de las bases obreras, asumimos que nos engaña ya de manera analítica: todos sabemos que la representación no es otra cosa que la enajenación de la voluntad política del sujeto-revolucionario-clase-obrera. ¿Qué quiero decir con esto? Que desde un inicio, asumimos por axioma que todo aquel que se presenta a elecciones es burgués. Los verdaderos partidos revolucionarios intentan legitimar su poder por fuera del absurdo sistema de representación ejecutiva y parlamentaria, vaciándolo de contenido –al sistema burgués- e instaurando un sistema revolucionario fundamentado –valga la redundancia- por una Revolución con mayúscula. Pero, continuando con el análisis, el capitalismo encabezado por el F.I.T., al igual que el de los K, mantiene una mínima redistribución de la riqueza a través del derramamiento –¡DE AQUELLA COPA QUE DERRAMA!- con el fin de perpetuar a la burguesía y toda su ostentación cortesana. En otras palabras, decirle sí a Altamira y Castillo (me refiero a ellos de manera individual para dar cuenta del cacicazgo burgués que los enviste) es negar la necesidad de la instauración por vías revolucionarias  de la dictadura del proletariado.
La cuestión entonces fue la siguiente: varios miembros de la Grigori Zinoviev decidieron continuar apoyando al F.I.T. en estos momentos, dado que consideran que ganar una o dos bancas en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación es un triunfo de la clase trabajadora. Entre quienes encararon esa línea de acción política se encuentra Néstor Jorge Bronstein, hoy ex presidente de la Grigori Zinoviev. ¿Por qué decidimos nosotros –los verdaderos revolucionarios- no seguir esta línea? Creo que lo arriba expuesto es suficiente para sacar una conclusión, pero como argumento adicional consideramos que no es el F.I.T. el que ganará las bancas en la Cámara de Diputados, sino que ganará la clase dominante frente a la clase trabajadora. Perderemos todos los que luchamos por una sociedad justa y equitativa, puesto que la victoria del F.I.T. retrasará la caída del sistema, hará más evanescentes las condiciones materiales de la Revolución; perpetuará, en definitiva, la desigualdad, el oprobio, la ostentación cortesana, la demagogia,  el clientelismo, el neoliberalismo, el liberalismo, el populismo, la degeneración y la continuación de la cultura de masas fundada en los establecimientos de construcciones culturales impulsadas desde el poder para arrear a la clase trabajadora en el apaciguamiento y la siesta política. Fue de una gran decepción descubrir que mi hermano –como así lo consideraba- Néstor Bronstein es, inevitablemente, un burgués encubierto; un burgués disfrazado; un payaso materialista que se hizo tomar en serio. Pero las ideas trascienden a los meros nombres, y la Grigori Zinoviev, vanguardia revolucionaria del Conurbano Bonaerense, continuará su batalla cultural e ideológica en el lugar que mejor lo supo hacer: La Universidad. Ya muchos camaradas nos hemos ganado con nuestra retórica epistemológica fundada en el materialismo dialéctico y el comunismo científico frente a la mera doxa y manipulación clientelar de las organizaciones oficialistas financiadas –no me cabe la menor duda- con los fondos del %82 móvil. Por eso gritamos junto a los oprimidos:

¡BASTA DE IMPUNIDAD!
¡BASTA DE PROSCRIPCIÓN!
¡BASTA DE EXPLOTACIÓN!
¡ASAMBLEA PERMANENTE!
¡UNIVERSIDAD DE LOS TRABAJADORES; Y AL QUE NO GUSTA, SE JODE, SE JODE…!

Es hora de movilizar a las bases estudiantiles, sujeto pasivo de la dominación empresaria-docente y sujeto activo de la futura Revolución-con-mayúscula venidera. Los ánimos nos sobran, la movilización es imperativa. Los saluda cordialmente,

Nahuel Ulianov, agrupación Grigori Zinóviev

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