23 ago 2011

Cuando el facebook tiene muchos comentarios (sobre la censura)


Circunnavegando el facebook me encontré inmiscuido en una discusión irreverente y sin  sentido sobre la censura en un grupo de estudiantes del profesorado de Historia de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Se me había acusado a mí, fiel y honesto servidor, de practicar la censura a una compañera que milita en la agrupación de mujeres Pan y Rosas. Ella dijo lo siguiente:



Debo señalar, ante todo y como pertinente, que dicha censura denunciada jamás existió por parte de los administradores y no hay relación o conocimiento de los sucesos ocurridos en el espacio de Política y Derechos Humanos en la Escuela más allá de la denuncia presentada. Pan y Rosas son una suerte de personitas muy especiales, caracterizadas por su militancia trosko-feminista y su total y completa paranoia en lo referente a los hombres, en su mayoría misóginos, machistas, burgueses y un sinfín de etcéteras. Ganarse la simpatía de las militantes de Pan y Rosas –siendo yo un macho peronista- es, por lo tanto, casi imposible y, en mi caso, indeseable. Debido a que la denuncia no era verdadera y riéndome del ingenio de las compañeras para intentar deslegitimarme acusándome de autoritario y adicto al profesor Muraca, decidí responder con una chicana:




Lo siguiente no se hizo esperar: otra compañera de Pan y Rosas me responde exigiendo otro tipo de trato acerca de cómo tratar lo acontecido:


Todo parecía que iba a terminar allí, puesto que no podía darle una respuesta “fundamentada en base a la realidad”, es decir, a la realidad que las compañeras se habían construido. Pero no todo sería tan sencillo y un compañero de otra agrupación decidió intervenir en la conversación:



Vemos cómo es que la compañera de Pan y Rosas se ataja y denuncia al mismo tiempo el rosqueo por parte del interviniente mediante un paréntesis. Luego, continúa polemizando sobre la censura. El otro responde que le resulta extraño creer que hay censura. Todo parecía que terminaba allí, pero en lo referido a los troskos,  no se puede dar nunca nada por concluido. Vemos entonces que la compañera de Pan y Rosas continúa indagando acerca del rosqueo. El otro la desmiente y propone dar por concluido el asunto. ¡Pero no! Ahora está en las fauces de la reina leona. Ella continúa lanzando acusaciones y esta vez presenta pruebas en facebook:


Entre las denuncias extrañas sobre rosqueo y sin saber rosqueo de qué (al fin y al cabo, ¿qué significa denunciar institucionalización? ¿Un puesto de trabajo?), el tema de la censura parecía haberse perdido. Una compañera de signo kirchnerista irrumpe en ese momento para, por decirlo en términos coloquiales, “agitarla”:






La militante de Pan y Rosas continúa con sus denuncias; ésta vez, denuncia una militancia paga por parte de los kirchneristas y sin prueba. Se reduce simplemente a responder reactivamente al ataque de la kirchnerista. Luego, la conversación se va a planos nacionales acerca de las elecciones primarias y el más de 2% que el F.I.T. consiguió  para vencer la autodenominada “proscripción”. Luego, continúa con la militancia paga y la compañera K, cansada, decide asestar un golpe de gracia reconociendo  que le “garpan” –en términos coloquiales-, pero no para discutir tanta sarta de zonceras.
La cosa parecía apaciguarse luego de todo esto y yo quería festejar:


Un compañero pidió mesura y se quejó del accionar pseudo-espía de la compañera de Pan y Rosas:


Pero luego siguió “agitándola”:


Por mi parte, apoyé la moción de mesura y luego critiqué el accionar de las muchachas aduciendo que así no se puede llevar adelante una reforma en los planes de estudio y luego invitándolas a participar a modo de reto:




Y es entonces que todo comienza a desfasarse. Una de las compañeras de Pan y Rosas (la de mayores intervenciones; la más activa o, si se quiere, reactiva), se defiende:


Nótense determinadas cosas que me he tomado la molestia de marcar:
a)      Afirmación de la denuncia de censura, siendo ésta aun no comprobada y, de hecho, falsa.
b)      Utilización del juicio analítico: el obrero, el trabajador, en este sistema capitalista es, por definición, explotado. Decirlo no suma conocimiento a la cuestión. Lo importante, detrás de esta tautología disfrazada, es reconocer la realidad en perspectiva histórica. ¿El obrero es explotado como en el Lancashire en el siglo XVIII o de una forma menos terrible?
c)       Denuncia de omisión de una respuesta planteada por la compañera; siendo que ésta a había sido dada por mí cuando señalé que hubo autocensura.
d)      Exigencia acerca de una declaración en repudio de la aparente expulsión de las compañeras del espacio de Política y Derechos Humanos en la escuela.
La compañera, entonces, “copia” una declaración antes hecha para que se la respondamos:

Aquí vemos lo siguiente:
a)      Denuncia de militancia rentada.
b)      Búsqueda y reconocimiento de una tradición combativa de las bases en la cual posicionarse.
c)       Mención a la muerte de Mariano Ferreyra y a una manifestación en la que participamos compañeros kirchneristas en repudio a lo acontecido.
d)      Afirmación de las soluciones concretas.
e)      Posicionamiento de una aparente expulsión de un voluntariado (digo aparente porque desconozco más información acerca del tema y me cuesta creerla) dentro de un contexto de enunciación de reivindicaciones de la izquierda a nivel nacional.
Por otro lado, la compañera denunciante, que hasta ese momento no había participado de la discusión, se decidió a arremeter contra este humilde anfitrión y de buena manera para corregirle algunas deficiencias. Luego, repitió las preguntas sobre las abstracciones de su compañera:


Yo, piola como soy y admitiendo mi error, lo reconocí y, al mismo tiempo, revelé lo que realmente hubo acontecido con los comentarios y que me hube enterado el día anterior en la Universidad por la voz de un tercero. Obviamente, todo revestido de chicanas varias:


Respondida la cuestión de la “censura” de manera satisfactoria, me dispuse a brindar con Don Perignon.  Estaba feliz, finalmente podía dar por concluida la problemática. Pero no. Imposible cuando se habla de estas personitas particulares. Fue, en mis momentos de algarabía cuando arribó un nuevo personaje a los diálogos sadianos:


Destacamos un par de cosas:
a)      El espacio político a partir del cual habla o que dice representar.
b)      La omisión de la explicación de la censura que hube otorgado.
Y continúa con un discurso larguísimo:




Una de las compañeras de Pan y Rosas, emocionada y celebrando la riqueza argumental antes expuesta, afirma:


Por mi parte, me dediqué a responder con mis clásicos aires de chicana:



Un compañero kirchnerista, luego, quiso dar por concluida la conversación:


Pero yo le respondí por los compañeros de la Izquierda y, de paso, continué con mis aires chicaneros:


Y finalmente termina la conversación (en apariencia) con una promesa (dejo el primer comentario repetido para dar cuenta de la continuidad de la conversación):


Y sí, queridos amigos, estos muchachos me han inspirado…

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